DISCURSO : OCTUBRE 2013
Líder : Presidente Monson
Naturalmente, la oración no es sólo para los tiempos de dificultad. En las Escrituras se nos dice repetidamente que oremos siempre 7 y que llevemos una oración en el corazón 8 . La letra de un himno favorito y conocido plantea una pregunta que haríamos bien en hacernos a diario: "¿Pensaste orar?"
El estudio de las Escrituras, unido a la oración, nos ayuda a lidiar con nuestro mundo muchas veces difícil. Las palabras de verdad e inspiración que se encuentran en nuestros cuatro libros canónicos son posesiones muy preciadas para mí. Me siento espiritualmente edificado cada vez que escudriño las Escrituras. Esas sagradas palabras de verdad y amor dan dirección a mi vida y señalan el camino a la perfección eterna.
Al leer y escudriñar las Escrituras, sentiremos los dulces susurros del Espíritu dirigidos a nuestra alma; podemos encontrar respuesta a nuestras preguntas; aprendemos en cuanto a las bendiciones que se reciben al guardar los mandamientos de Dios; obtenemos un testimonio seguro de nuestro Padre Celestial y de nuestro Salvador Jesucristo, y de Su amor por nosotros. Si combinamos el estudio de las Escrituras con la oración, podemos saber con certeza que el evangelio de Jesucristo es verdadero.
Si tenemos presente la oración y si tomamos el tiempo para acudir a las Escrituras, nuestra vida serán infinitamente más bendecida y nuestras cargas se harán más ligeras.
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