"Los niños tienen una enorme sensibilidad para las cosas espirituales", dice la hermana Stevens. "Llegan a esta vida con un corazón que cree. Se percibe su naturaleza divina cuando vienen a esta tierra, habiendo dejado la presencia de su Padre Celestial tan recientemente".
El apóstol Pedro habló del proceso por el que las personas pueden ser "participantes de la naturaleza divina" (2 Pedro 1:4). Esto es importante, puesto que si en verdad llegamos a ser participantes de la naturaleza divina, llegaremos a ser como Él.
Examinemos detenidamente lo que nos enseña Pedro acerca de dicho proceso. Esto es lo que dijo: "Vosotros también, por esto mismo, poned toda diligencia en añadir a vuestra
☆ fe virtud; y
☆ a la virtud, conocimiento;
☆ al conocimiento, templanza; y
☆ al conocimiento, templanza; y
☆ la templanza, paciencia; y
☆ a la paciencia, piedad;"
☆ a la piedad, afecto fraternal; y
☆ al afecto fraternal, amor (2 Pedro 1:5–7).
Las virtudes que menciona Pedro son parte de la naturaleza divina o del carácter de nuestro Salvador. Éstas son las virtudes que tenemos que emular si deseamos ser más semejantes a Él.
Tres atributos fundamentales de nuestra naturaleza divina.
Primero: Dios nos mandó fructificar
Una parte importante de fructificar, y que en ocasiones pasamos por alto, es la de establecer el reino de Dios sobre la Tierra.
☆ En Genesis 1:22 nos dice:Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y henchid las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
☆ Somos fructíferos al permanecer en Cristo y al tomar "sobre [nosotros Su] nombre… [y] servirle hasta el fin" a medida que ayudamos a otros a venir a Él.
Segundo: Dios nos mandó que nos multipliquemos
Nuestros cuerpos físicos son una bendición de Dios.
☆ Los recibimos con el propósito de cumplir con la obra del Padre Celestial de "llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre"
☆ El cuerpo es el medio por el cual podemos alcanzar nuestro potencial divino.
☆ El cuerpo permite que los obedientes hijos en espíritu del Padre Celestial tengan la experiencia de vivir sobre la Tierra.
☆ El tener hijos da a otros hijos procreados en espíritu por Dios la oportunidad de vivir en la Tierra. Todos los que nacen a la mortalidad tienen la oportunidad de progresar y ser exaltados, si obedecen los mandamientos de Dios.
☆ El matrimonio entre un hombre y una mujer es la institución que Dios ordenó para llevar a cabo la tarea de multiplicarse. Una relación entre personas del mismo sexo no se multiplica. Un matrimonio legal y legítimo sellado en el templo, y en el cual se honran los convenios del sellamiento, da a los padres y a sus hijos la oportunidad de tener la mejor experiencia de amor y preparación para una vida fructífera; les ofrece el ambiente ideal en el cual pueden honrar los convenios que hicieron con Dios.
☆ La promesa para todos los que han sido sellados en el convenio del matrimonio eterno y que fructifican al guardar sus convenios, es que el adversario nunca tendrá poder para debilitar los cimientos de su unión eterna.
Tercero: Dios nos mandó sojuzgar la Tierra
Sojuzgar la Tierra y tener dominio sobre toda cosa viviente es controlar esas cosas para que cumplan con la voluntad de Dios y sirvan los propósitos de Sus hijos.
☆ El sojuzgar incluye lograr el dominio sobre nuestro cuerpo
☆ Dios invita a todos Sus hijos a que obtengamos Su ayuda para vencer y sobrellevar los desafíos de la vida
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