sábado, 4 de abril de 2015

La humildad y la Paciencia

 Los discípulos humildes hacen de buen grado lo que sea necesario, aprenden a ser fuertes, se siguen esforzando y no se dan por vencidos. La humildad nos ayuda a tener paciencia con nosotros mismos y con otras personas que también son débiles. 
La paciencia es una manifestación de nuestra fe en el Señor, de gratitud por la confianza que Él deposita en nosotros y de que confiamos en Sus promesas.

Aquí Dios no propone cambiar la debilidad de Moroni, sino cambiarlo a él. Al hacer frente al desafío de la debilidad humana, Moroni, y nosotros, podemos aprender caridad, compasión, mansedumbre, paciencia, valor, longanimidad, sabiduría, resistencia, perdón, resiliencia, gratitud, creatividad, y un sinfín de virtudes que nos hacen ser más como nuestro Padre Celestial. 

Ésas son las cualidades mismas que vinimos a perfeccionar en la Tierra, los atributos semejantes a los de Cristo que nos preparan para las mansiones de los cielos.
En ninguna otra parte se manifiestan más el amor, la sabiduría y el poder redentor de Dios que en Su habilidad para convertir nuestra lucha con la debilidad humana en valiosas virtudes divinas que nos hacen más como El


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