sábado, 16 de octubre de 2010

El Matrimonio

El Matrimonio es uno de los mas sagrados convenios en los que puede participar el hombre y la mujer. "Un convenio es una promesa sagrada; nosotros prometemos hacer ciertas cosas y Dios se compromete a hacer otras.


A aquellos que guarden el convenio del matrimonio Dios les promete la plenitud de Su gloria, vidas eternas, progenie eterna, la exaltación en el reino celestial y una plenitud de gozo. Todos sabemos esto, pero a veces no pensamos mucho en lo que nosotros tenemos que hacer para recibir estas bendiciones.

Las Escrituras parecen decir claramente que hay por lo menos tres obligaciones inherentes a este convenio:
Primero, el matrimonio eterno es para siempre. Eterno implica un desarrollo y un progreso continuos; significa que el marido y su esposa tratarán sinceramente de perfeccionarse; significa que la relación matrimonial no se abandonará frívolamente cuando surja el primer desacuerdo o cuando los tiempos se pongan difíciles; significa que el amor será más y más fuerte con el tiempo y que se extenderá más allá de la tumba; significa que cada cónyuge será bendecido con la compañía del otro para siempre, y que los problemas y las diferencias tendrán que solucionarse porque no van a desaparecer. Eterno significa arrepentimiento, perdón, longanimidad, paciencia, esperanza, caridad, amor y humildad. Todas esas cosas forman parte de todo lo que sea eterno; y, por cierto, las tenemos que aprender y practicar si queremos lograr un matrimonio eterno.



Segundo, el matrimonio eterno es ordenado por Dios. Esto significa que los contrayentes del convenio del matrimonio están de acuerdo en invitar a Dios a ser parte del mismo, en orar juntos, en guardar los mandamientos, en mantener los deseos y las pasiones dentro de ciertos límites que los profetas han señalado; significa que son compañeros iguales y que serán rectos y puros fuera y dentro del hogar. Esto es una parte de lo que significa ser ordenado por Dios.


Tercero, el matrimonio eterno es una clase de asociación con Dios; Él promete una continuación de las vidas a aquellos que se sellen en el templo. En el mandamiento que se dio a Adán y Eva de multiplicarse y henchir la tierra va implícito un lazo de unidad con el Creador. Hay una obligación de enseñar el Evangelio a los hijos porque también son hijos del Padre Celestial. Por eso tenemos la noche de hogar y el estudio de las Escrituras, conversamos sobre el Evangelio y prestamos servicio al prójimo. También parece haber una obligación de apoyarse y sostenerse mutuamente en los llamamientos y en la función que cada uno tiene que desempeñar".
("El Matrimonio Eterno". Elder F. Burton Howard, Conferencia General de Abril del 2003).

Para fortalecer su matrimonio, favor consultar el Manual Como Fortalecer el Matrimonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario