Es mi ruego que el Espíritu del Maestro more en nosotros, que podamos perdonar a todos los hombres como Él ha mandado; perdonar, no sólo con los labios, sino en la parte más recóndita de nuestro corazón, toda ofensa que se haya cometido en nuestra contra. Si hacemos esto durante el transcurso de la vida, las bendiciones del Señor permanecerán en nuestros corazones y nuestros hogares . George Albert Smith " enseñanzas del Profeta"
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