martes, 3 de abril de 2012

Doctrina y Convenios 88:3

Por tanto, ahora os envío a vosotros, mis amigos, otro Consolador, el Santo Espíritu de la promesa, para que permanezca en vuestros corazones; y este otro Consolador es el mismo que prometí a mis discípulos, según se halla escrito en el testimonio de Juan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario