Joseph B. Wirthlin
Si vivimos los principios del evangelio, seremos el cumplimiento de la declaración del Salvador,"Vosotros sois la luz del mundo". Y al poseer esta luz, mediante nuestra vida y acciones podemos irradiarla entre nuestros semejantes, influyendo así en ellos para que glorifiquen a nuestro Padre Celestial.
Jesús desea que cada uno de nosotros llegue a conocerle, por el poder transformador que tiene dicho conocimiento y debido a la indescriptible dicha que puede traer a nuestra vida. Pero la influencia del evangelio debe extenderse más allá de cada individuo, debe ser como una luz que dispersa las tinieblas de la vida de los que nos rodean. Ninguno de nosotros puede salvarse solo y por sí mismo, así como ninguna lámpara se enciende para su propio beneficio.
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