Cuando era una niña oraba a Dios al principio sólo rezaba pero día a día me acercaba a El por lo que siempre para mi Jesús fue mi hermano y mi Padre Celestial mi hermoso Padre espiritual.
La [primera] visión de José Smith dejó en claro que el Padre y el Hijo son personajes separados que tienen cuerpos tan tangibles como el del hombre. Se le reveló además que el Espíritu Santo es un personaje de espíritu, distinto y separado de las personas del Padre y del Hijo [véase D. y C. 130:22]. Esta verdad tan importante dejó pasmado al mundo y, sin embargo, cuando consideramos las expresiones claras de las Sagradas Escrituras, es un hecho muy sorprendente y causa maravilla que el hombre haya errado tanto. El Salvador dijo: "…el Padre mayor es que yo" [Juan 14:28], e invitó a Sus discípulos, después de Su resurrección, a tocarlo y ver que era Él, pues, dijo Él: "…un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo" [Lucas 24:39.].
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