Esa clase de fe iluminará nuestro camino como si fuera el faro del Señor. Cuando tengan una fe firme en el Dios viviente, cuando sus hechos sean fiel reflejo de sus convicciones, tendrán la fortaleza que procede de la unión de las virtudes externas con las internas, las cuales se combinan para proporcionarles un conducto seguro a través de los encrespados mares. Dondequiera que nos encontremos, nuestro Padre Celestial puede oír y contestar la oración que se ofrece con fe."
(Pte. Thomas S. Monson, Liahona mayo 2001, pág. 6)
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