El corazón del orgullo es la adoración de sí mismo. Las personas propensas al orgullo tienden a elevarse y a tomar el control. Cuando hacemos esto, empujamos la actividad de Dios fuera de nuestras vidas y nos distancia de El.
Todos somos culpables de alguna forma de esto y tenemos que ser honestos con nosotros mismos y pedir a Dios su perdón.
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