Ejercer fe en Jesucristo significa tener confianza en Él.
La fe es el poder que hace que Su voluntad se manifieste en tu vida.
Recibes fe, un don de Dios, a medida que logras la rectitud.
Tres capítulos sobre la fe que debes leer son:
Hebreos 11, Éter 12 y Moroni 7.
Tu fe en Él es un poder que te llevará a obedecer Su evangelio; y tu obediencia contribuirá a que tengas más fe, la cual es un don de Dios.
Si tienes fe en el Señor, Él puede hacer por ti todas las cosas, tales como sanarte, perdonarte, consolarte y convertirte. El tener fe no significa decirle a Dios lo que debe hacer, sino que significa confiar en Él y comprender que todas las bendiciones se reciben "según su voluntad" (1 Nefi 7:12) y "en su propio tiempo y a su propia manera" (D. y C. 88:68).
Tal vez no recibas una respuesta inmediata a tus oraciones, pero tu fe te asegura que nuestro Padre Celestial escucha tus oraciones y que las contestará a su debido tiempo.
A fin de desarrollar fe y ejercerla:
(1) Aprende la palabra de Dios, (véase Romanos 10:17).
(2) Pon en práctica lo que aprendas, (véase Alma 32:28). Ésa es la confirmación espiritual que recibes de que la palabra es verdadera, y eso aumentará tu fe.
(3) Obedece los mandamientos. La rectitud que tengas hará que el don de tu fe se incremente día tras día.
Aun cuando hay muchas personas que pasan bien por la vida sin tener fe en el Señor, sin ella nunca heredarán la vida eterna. Sólo por medio del evangelio de Jesucristo —con fe en Él como su primer principio— podremos disfrutar de "la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios" (D. y C. 14:7)
La fe es el poder que hace que Su voluntad se manifieste en tu vida.
Recibes fe, un don de Dios, a medida que logras la rectitud.
Tres capítulos sobre la fe que debes leer son:
Hebreos 11, Éter 12 y Moroni 7.
Tu fe en Él es un poder que te llevará a obedecer Su evangelio; y tu obediencia contribuirá a que tengas más fe, la cual es un don de Dios.
Si tienes fe en el Señor, Él puede hacer por ti todas las cosas, tales como sanarte, perdonarte, consolarte y convertirte. El tener fe no significa decirle a Dios lo que debe hacer, sino que significa confiar en Él y comprender que todas las bendiciones se reciben "según su voluntad" (1 Nefi 7:12) y "en su propio tiempo y a su propia manera" (D. y C. 88:68).
Tal vez no recibas una respuesta inmediata a tus oraciones, pero tu fe te asegura que nuestro Padre Celestial escucha tus oraciones y que las contestará a su debido tiempo.
A fin de desarrollar fe y ejercerla:
(1) Aprende la palabra de Dios, (véase Romanos 10:17).
(2) Pon en práctica lo que aprendas, (véase Alma 32:28). Ésa es la confirmación espiritual que recibes de que la palabra es verdadera, y eso aumentará tu fe.
(3) Obedece los mandamientos. La rectitud que tengas hará que el don de tu fe se incremente día tras día.
Aun cuando hay muchas personas que pasan bien por la vida sin tener fe en el Señor, sin ella nunca heredarán la vida eterna. Sólo por medio del evangelio de Jesucristo —con fe en Él como su primer principio— podremos disfrutar de "la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios" (D. y C. 14:7)
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