"Las Escrituras, cuando se citan correctamente, proporcionan autoridad a nuestras declaraciones. Ellas se convierten en amigas incondicionales que no están limitadas por la geografía ni el calendario. Siempre están ahí cuando las necesitamos. Usarlas proporciona un fundamento de verdad que el Espíritu Santo puede despertar.
Aprender, meditar, escudriñar y memorizar las Escrituras es como llenar un archivo con amigos, valores y verdades a las que podemos recurrir cualquier momento, en cualquier parte del mundo. Se obtiene un gran poder al memorizar pasajes de Escrituras. El memorizar un pasaje es como crear una nueva amistad. Es como descubrir a una persona nueva que puede ayudarnos en tiempos de necesidad, darnos inspiración y consuelo, y ser la fuente de motivación para lograr un cambio necesario." (Elder Richard G. Scott, Liahona noviembre 2011, págs.6,7)
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