No importa cuánta fe que ahora tenemos que obedecer a Dios, tenemos que fortalecer continuamente y siempre renovarlo. Podemos hacer esto ahora tomar la decisión de cumplir con mayor facilidad y con más determinación para perseverar. Aprender a comenzar temprano y ser consistente es la clave de la preparación espiritual. La dilación y falta de coherencia son enemigos mortales.
Permítanme sugerir cuatro contextos en los que debemos cumplir con la velocidad y consistencia. El primero es el comando para darse un festín en la palabra de Dios, orando en todo tiempo el segundo y el tercero es el mandamiento que pagar un diezmo íntegro y el cuarto es para escapar del pecado y sus terribles efectos. En cada uno, la fe que se necesita para empezar y perseverar hasta entonces, y todos pueden fortalecer su capacidad para obedecer a los mandamientos del Señor. Pres. Henry B. Eyring.
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